Hoy es mi cumpleaños. Son 37 años ya.
Lo llevo bastante bien. Una de las mejores fases de mi vida, aunque esto mismo te lo hubiera dicho hace 10 años, y hace 20 también.
Aunque parezcan muchos años, si los aprovechas bien, te vas dando cuenta que se pueden hacer muchísimas cosas. A mí por lo menos me ha cundido bastante.
Eso si, lo de esperar a que sea tu cumpleaños para hacer balance y llegar a esta conclusión no es muy buena idea. Mejor mirarlo desde una perspectiva diaria.
No sé tú, pero cuando llega el final del día y actualizo mi bullet journal me doy cuenta de la cantidad de cosas que puedo llegar a hacer y, por otra parte, de la cantidad de cosas que no he llegado a hacer. Algunas no las hago debido a los ladrones de tiempo que hay por ahí sueltos.

Tu tiempo es precioso, es tu mejor activo. No permitas que te lo roben.
Si me conoces y estas en mi día a días sabrás si me han robado el tiempo con solo mirarme a la cara. No sé si a ti también te pasa, pero hay personas que me quitan el tiempo y me absorben la energía.
No lo hacen porque sean mala gente. Tampoco tienen malas intenciones. Pero si te enganchan te harán sentir como ese que salía en Indiana Jones que bebía del cáliz equivocado y envejecía de golpe hasta convertirse en un esqueleto.

No mola nada.
Se que ahora mismo estas pensando en una o varias personas que te hacen sentir así. Seguro que hoy o ayer como mucho alguien se te acercó solo para hacerte perder el tiempo y robarte las ganas de hacer cosas. Vampiros que te robarán tu energía.
Con el tiempo me he dado cuenta de una cosa. Me educaron para ser considerado, escuchar y aguantar el chaparron. En realidad esto no es ningún problema, de hecho es un buen valor que creo que no debo perder.
Pero me deja indefenso ante los ladrones del tiempo y de la energía.
Ya te he puesto en situación, ahora empiezo con los consejos:
Primero de todo haz una lista mental de personas y situaciones que te roban el tiempo y tu energía.
Apunta también las situaciones que te hacen sentir inútil. Son aquellos momentos en los que no puedes aportar nada ni te aportan nada. Seguro que se te ocurren muchos… Esas charlas de bar en las que te dan la brasa, largas reuniones sin objetivos, vecinos con demasiado tiempo libre…
Una vez lo tengas detectado, depende de la situación tendrás que actuar de las siguientes maneras:
- Primero: evitar esas personas o situaciones
- Si no funciona lo primero: manejar la situación.
He tenido que aprender a hacer excepciones. Nunca por ignorar a otra persona, siempre por mi bien y por mi salud mental.
No será fácil. Primero tendrás que evitar esas personas y situaciones, si no puedes tendrás que aprender técnicas para abreviar conversaciones, saber tratar con gente difícil…
Hay mucha literatura al respecto. Más adelante te contaré algunas técnicas.
Defiende tu tiempo
No aguantes una conversación más que no te interese solo para caer bien.
He aguantado muchas chapas que no me han aportado nada. Al contrario, a veces hasta me han provocado cambios de humor.
Así que mi nueva norma es la siguiente: No tienes que ser amable ni considerado con quien no lo es contigo, sobre todo no tienes por qué aguantar el rollo a nadie.
Queda como un borde si te hacen perder el tiempo. Hazlo de forma elegante y sin hacer daño a nadie. Defiende tu tiempo.
Suena duro, pero si lo haces con tacto y con respeto ganarás mucho.
A demás, poco a poco iras construyendo un entorno de gente positiva, creativa, energética, que te respetan, que creen en ti y te apoyan. A estos, otórgales tu tiempo y tu energía.
En resumen, la gente que no te cree en ti, fuera. La gente que te haga perder el tiempo, fuera.
No hay tiempo para escribir más. Gracias por leer hasta aquí. Lo tuyo tiene mérito. Es más. Si te apetece puedes contarme que te ha parecido este artículo o incluso darme tu opinión. Por cierto, al ser mi cumpleaños, te aplicaré una promoción superespecial. Trataré de invitarte a algo si lo haces.