Mi energía se agota.

Es por el dichoso síndrome de Peter Parker.
Peter Parker (Spider-man), es un estudiante con unos superpoderes superchulos. Además, como persona, cuenta con unos valores y una integridad que le obligan a usarlos para ayudar a todo el que lo necesite.
Cuando diseñan los personajes de ficción lo hacen para que te identifiques. A mí me pasaba con este.
Resulta que Peter Parker tiene su vida y sus movidas. Su chica, su trabajo, sus estudios…

Una día cualquiera, mientras va a buscar a su chica, han quedado a las 17 h para ir a comprar un regalo a su madre.
Peter va de camino y justo presencia un intento de atraco a una ancianía. Se pone el traje e interviene.
Buen rollo, me necesitan, les ayudo.
Gratitud++
Sigue su camino y comienza a oír sirenas de coches de policía. Es el doctor Octopus atracando un banco.

Se pone el traje e interviene. Logra salvar la situación, pero se lleva unas cuantas hostias (perdón por el lenguaje, lo uso para añadir drama).
Ya llega tarde. Seguro que después alguien pondrá mala cara.
Al fin llega. Logran comprar el regalo y cumplen el objetivo.
Ahora a volver a casa. De camino compra algo para cenar y luego toca acabar las tareas para la universidad.
De camino toca intervenir en otro atraco, un incendio y ayudar en un accidente de tráfico.
Peter llega a su casa tarde, cena algo rápido. Está muy cansado y quiere irse a dormir. Se pone Firts Dates porque no tiene ganas de pensar. No hace los deberes, no se puede concentrar porque le han intentado matar varias veces durante el día.
Mañana lo más probable es que llegue tarde a la universidad, cansado y dolorido. Y vuelva a empezar.
Pues resulta que mantener esta vida, no es sencillo. Haces las cosas porque sabes que debes hacerlas, mientras mantienes la compostura y haces ver que todo es sencillo y fluye.
Pero como dice el Tote King, la naturalidad es la más difícil de las poses.
Vamos al tema del que te quiero hablar. Se trata de la trampa de la productividad.
Yo no tengo superpoderes al estilo Marvel, pero tengo otra serie de habilidades y responsabilidades.

Me veo que si a las habilidades que tengo le sumo mi integridad y mis valores, aparece una combinación parecida en cuanto a responsabilidades.
Cuando creces en habilidades y asumes muchas responsabilidades, lo mejor que puedes hacer es en trabajar en mejorar tu productividad.
Así lo hice.

El método GTD (Get Things Done), la técnica del pommodoro, técnicas de lectura rápida, organizar mi día con el timeblocking, planificar en el bullet journal, lista de tareas en el trello, google Calendar, las alarmas del móvil…
Todo herramientas muy útiles. Es increíble la de cantidad de cosas que puedes llegar a hacer en un día.

Pero las cosas en exceso pueden ser perjudiciales.
La productividad se convierte en una trampa.
Compramos la idea de que la productividad es la mejor solución, pero es porque estamos desesperados.
Ser productivo requiere un combustible.
A nivel cognitivo representa un gran esfuerzo y a nivel corporal también necesita una serie alimentos para mantener un buen ritmo.
Te lo explico según mi experiencia.
- La productividad se nutre de estimulantes y de malos hábitos de alimentación. Tomate otro café más que así aguantaras más rato.
- La productividad se queda con tus momentos de descanso. Levántate mucho más pronto que así aprovecharas los momentos de calma que te ofrece la noche.
- La productividad no quiere que pierdas el tiempo en ocio. No vayas a esa cena que así mañana te levantas pronto para ponerte y acabar aquella tarea…
A largo plazo, privarse de todo esto para dárselo a tu tiempo de productividad, te agota y te deja sin energía. Por mucho que tu mente quiera, tu cuerpo tiene unos límites.
Y lo empiezas a notar porque te vuelves más lento y torpe.

La calidad de tu trabajo no será la misma. Como le pasó a Peter Parker, llegó tarde a su cita y le pusieron mala cara.
Es probable que tu salud también lo acabe pagando. No eres tan fuerte como te crees. Dejaste de ir al gimnasio y lo estás notando.

Pero por suerte, aprendemos de los errores.
Resulta que a base de errores (ya sabes que es una de las mejores técnicas de aprendizaje) se aprende y se mejora casi cualquier situación.
El disparador
Después de ir al evento de marketing online de Joan Boluda, se me abrieron los ojos en cuanto a posibles soluciones.
En varias entrevistas a los invitados, a los que les preguntaban cuál era la mejor crackeada o triunfada que habían conseguido para mejorar profesionalmente. La mayoría coincidían en que ganaron calidad de vida delegando y centrándose en aquello que de verdad les aporta valor.
Cambio de enfoque
Entonces me empezaron a venir preguntas. ¿Me pregunto si mi trabajo, mi negocio y mi vida personal podrían alcanzar un tamaño grande, rentabilidad e impacto sin que yo haga todo el trabajo, o tal vez nada?
Me puse a leer e investigar. Saqué mis conclusiones. Me gustaría compartirlas contigo.
Mejorando en cuanto a productividad no.

El enfoque que tengo de la productividad está basado en la fuerza bruta. Lo único que hace es llenar ese tiempo con más trabajo.

La productividad te permite hacer más y más rápido. Pero el eje eres tu, tu puedes hacer más, en consecuencia tú haces todo.

Cuando eres muy productivo, haces lo máximo posible lo más rápido posible. El problema es que como acabas antes, siempre seguirás buscando la forma de llenar ese tiempo.
Lo entendí. La meta no es hacer que mi día tenga más horas. Porque cuanto más tiempo consigues, más trabajas.

A continuación te escribiré sobre mis propósitos respecto a este asunto.
La meta es la eficiencia en la organización.
En conclusión, la productividad no te saca de hacer lo que estás haciendo, sino que hace que tengas más por hacer.
Cuanto más productivo eres, más trabajo puedes hacer. Cuando más haces, más productivo debes ser… y así sucesivamente…
Poner límites a tus recursos
No consiste en trabajar más, consiste en trabajar de forma más inteligente.
A todos nos pasa, cuanto más dinero tienes, más gastas. Cuantas más estanterías tienes, más cacharros pones encima…
Lo dice la ley de Parkinson, «el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine«
Si tienes todo el día, toda la semana o todo el mes, ocuparás todo el tiempo y acabaras al final.
Todos mis alumnos lo hacen. Yo lo hago…
La solución debería ser algo simple. Limitar el uso que hacemos.
Entonces, si limito este recurso, podré mejorar en calidad de vida.
La vida consiste en impacto, no en horas.
Si no tienes ninguna estantería en casa, no la acabarás llenando de cacharros. Menos que limpiar, menos que ordenar, más paz mental…
Resulta que cuando nos concedemos menos tiempo, nos vemos obligados a descubrir donde enfocar el tiempo restante.
No se trata de hacer más con menos, se trata deshacer menos con menos para lograr más.
El tiempo lo es todo, absolutamente todo. Es el único recurso realmente no renovable.
Vale, poner límites a mi tiempo puede parecer fácil, pero ¿quién hace las tareas que no puedes hacer dentro del tiempo?
Me toca dejar de hacer muchas cosas de las que estoy haciendo.
Delegar
Delegar no es facil. Requiere confianza en ti mismo y en los otros.
Otros harán tu trabajo y tomarán decisiones por ti.
Pero si lo consigues, lograrás hacer las tareas adecuadas con el tiempo limitado que tienes tú. También consigues que otras personas hagan las tareas adecuadas con el tiempo limitado que tienen ellas.
Lo leí y me abrió los ojos. El truco es que tienes que verte a ti como la abeja reina.
Sí, ríete. Soy una abeja reina. (no tengo fotos mías disfrazado de abeja, lo siento).

Te lo desarrollo. Resulta que la abeja reina solo hace dos cosas:
- Poner huevos para mantener o incrementar el número de individuos, asegurando el recambio generacional
- Mantener la cohesión de la colonia.
Si lo transmitimos al mundo de los humanos, sería equivalente a:
- Primero debes saber que es lo que debes hacer tú, aquello que te diferencia, que aporta valor y que tiene tu sello personal.
- Que es lo que deben hacer los otros. Esos trámites y tareas que no requieren de ti.
No podemos hacer todo, toca confiar en tu equipo y compañeros. El gestor te llevará las facturas, tu asesor virtual te gestionara y te organizará de maravilla, tus técnicos te solucionaran los problemas.
Solo se trata de encontrar aquello que pueden hacer otros. Te explicaré mi proceso más adelante.
Yo me dedicaré a dar clase y crear contenidos. El resto de papeleo lo podrán hacer otras personas.
Les pago bien, no pienses mal.
Justo desde hace un tiempo, me encuentro delegando tareas y formando un pequeño equipo. Más adelante te escribiré sobre cómo delegar y mi experiencia.
Por cierto, si te interesa colaborar conmigo escríbeme. Seguro que me podrás ayudar.
No hay tiempo para escribir más. Tal como te dije, me puse un límite y ya lo cumplí. Muchas gracias por leerme hasta el final. Como ves, este post es toda una declaración de mis intenciones. A mí me sirve para comprometerme código mismo y recordar mi propósito.
Por cierto, si me ves, dime que te ha parecido este post, prometo escucharte con todo el tiempo que he ganado, seguro que puedes aportarme grandes cosas de valor.