Cómo hechar una buena reprimenda

Te voy a explicar lo que está ocurriendo en otro multiverso.

En el multiverso en el que todo es perfecto. Se llama la Dimensión Mr. Wonderful

Tú estas en esa realidad. Eres tú, solo que nunca te equivocas, todo te sale bien. Tus hijos siempre te hacen caso (si, en esa dimensión tienes hijos). Tus vecinos son amables y te saludan, incluso te esperan para que no se te cierre el ascensor en tu cara. Eres profe y tus alumnos aprenden todo a la primera.

Cada día, cuando llegas a clase, todos tus alumnos están sentados, en orden y calladitos esperándote. El típico empollón te deja una manzana roja brillante en tu mesa de profesor. Están el 100 % del tiempo atento a ti y a tus explicaciones superlargas.

Todo va genial.

¿Habrá unicornios en esta dimensión?

Olvídalo, es mentira. Todo esto me lo acabo de inventar. Solo quería engancharte a la lectura. Resulta que el tema de esta semana es bastante serio.

Ojalá todo fuera siempre perfecto. Pero no es así.

Por suerte, todos tenemos que equivocarnos y aprender. La verdad es que eso tiene su encanto.

Para enseñar, hay momentos en los que toca corregir.

Una de las partes que menos me gusta de mi trabajo y de mi vida en general es cuando toca de echar una bronca.

Las reprimendas

Desde que estoy en el mundo educativo he tenido la oportunidad de conocer muchas técnicas, metodologías, corrientes educativas, etc.

Pedagogia Waldorf, educar en positivo, técnicas de respiración para antes de empezar la clase, trabajo cooperativo, aprendizaje basado en proyectos, aula invertida, Learning by doing… Muchas, y no hay una perfecta. Pero mientras más aprendes, más recursos obtendrás.

No he parado de aprender y me encanta pero… Después de estudiar el Máster de formación de profesorado, unos años de docencia y un montón de formaciones para profes. Me he dado cuenta de que nadie me ha enseñado a hecha una buena bronca cuando toca.

Supongo que no es algo muy popular. Sea por lo que sea, es un tema que se trata poco.

Las reprimendas son una de las herramientas que forman parte de la comunicación. Se suelen dar con bastante frecuencia.

La reprimenda es un instrumento delicado.

Entiendo que nadie quiera explicar como hacer una buena reprimenda. Vender una metodología educativa que incluya las broncas no la haría ser muy popular.

A mí personalmente no me gusta reñir a nadie, pero no pasa un solo día en el que no lo tenga que hacer. Por eso me he visto con la necesidad de aprender algunas técnicas para aprender a decir las cosas claras, cantar las cuarenta o dar un golpe en la mesa.

Tal vez estés pensando que se me ha ido un poco… Pero créeme, se hace un flaco favor no diciéndole a los que estás enseñando qué es lo que hacen mal.

La crítica ayuda a mejorar

Sin crítica, no hay mejora. ¿Pero ni a ti ni a mí nos gusta que nos critiquen, verdad?

Comentar los errores y decir las cosas que no funcionan no debería verse como algo negativo y no debemos defendernos siempre que ocurra.

No siempre es algo personal.

Del mismo modo que hemos de ser efectivos y sensibles al echar broncas, también hemos de ser receptivos cuando nos toca recibir.

¿O te pensabas que te habías librado?

En ambos casos es necesaria la virtud de la fortaleza. Abre tu mente y ponte en el lugar del otro, sea el emisor y el receptor.

Que otro descubra tus fallos es una buena herramienta para aprender.

Al principio las críticas negativas duelen, pero te puedes acostumbrar.

En mi caso, he hecho un ejercicio para acostumbrarme a las críticas.

Gracias a la comunicación que mantengo con mis alumnos de mi academia online. Al acabar el curso siempre les pido su opinión y les pido que me hagan cualquier crítica que tengan.

Trato de ponerme en el lugar en el que están mis alumnos y así ver qué he de mejorar para evitar que ocurra la misma reprimenda en el futuro.

A mí me funciona. Después de más de 2500 alumnos he aprendido muchas cosas. De hecho, mi academia ha ganado en calidad y a mí me ha servido como mi propio MBA.

Al final del artículo te dejaré un enlace en el que puedes ver algunas de las opiniones de mis alumnos. Todas reales. Ahora sigue leyendo por favor.

Una bronca siempre te va a ayudar

¿Recuerdas la última vez que tu jefe te echó una buena reprimenda? Si tienes suerte y tu jefe es una persona integra, considera que lo hizo por una buena causa.

Una buena reprimenda puede marcar y encaminar una carrera estudiantil o profesional y puede ser una muestra de confianza.

Es más, si recibes una bronca, ten en cuenta que quien la hace considera que eres digno de oír la verdad y que te ve capaz de cambiar de conducta.

Ahora, si tu superior no tiene nada de integridad ve con cuidado y no te dejes pisar. Tal vez solo te esté echando la bronca por placer, por destacar entre sus superiores o por pura diversión.

Ahora sí, vamos al grano. Te voy a explicar cuáles son mis criterios y metodología que aplico cuando no hay más remedio que echar una bronca.

Pasos para echar una buena reprimenda

Se trata de hacerse las siguientes preguntas.

1 – Revisa el motivo de fondo de la bronca

¿Tienes claro el motivo principal? Si se trata de algo puntual, algo que no tiene una consecuencia grave o bien no estamos seguros al 100 % de quien es el autor de la bronca no tendremos un motivo sólido para echar una bronca.

Los fallos pequeños y puntuales no merecen una bronca, déjalos caer en el olvido.

2 – Pregúntate ¿Seguro que es necesario echar la bronca?

Primero revisa si has aplicado medidas ligeras. La bronca seria lo que viene después de una serie de avisos progresivos.

A veces podemos echar una bronca porque tenemos un mal día o bien por la acumulación de pequeños detalles que no tienen importancia.

Empieza con un aviso y un posterior recordatorio antes de pasar a la bronca.

En la mayoría de casos, con un aviso te bastará.

3 – ¿Qué vas a corregir?

Asegúrate de que tienes claro qué es lo que quieres que quede claro y que no se vuelva a producir.

En ocasiones la persona que recibe la reprimenda tratará de evitarla poniendo excusas, acusando a otros u otras artimañas persuasivas. Por tu parte, trata de mantener el motivo de la bronca bien presente y que no te distraigan con otros asuntos.

4 – La medida de la bronca

No te pases ni te quedes corto. Debe existir proporción entre la contundencia y la medida del problema.

No vale echar una bronca muy exagerada si se trata de algo con poca importancia. Tampoco al contrario, si se trata de algo muy grave, evita las bromas o el humor.

5 – ¿A quién vas a reprender?

Puede parecer algo obvio, pero la bronca ha de ser para la persona que toca.

Asegúrate completamente. Es mejor no hacerlo si no estamos seguros de quien ha sido la culpa.

Si sabes a quién vas a echar la bronca, valora si va a comprender lo que le vas a pedir y si será capaz de cambiar. Si sabes que no puede cambiarlo, ahórrate las energías y busca otras soluciones.

No vale la pena abroncar por temas que no tienen solución.

6 – Objetivo ¿Para qué reprender?

No hay mucho que preguntarse aquí. Siempre para educar. Deja tu ego a un lado. Nunca lo hagas para quedar por encima.

Ten en cuenta que tu objetivo es hacer ver al interesado las consecuencias de su conducta.

7 – ¿Cuándo reprender?

Ni mientras se está produciendo el problema ni demasiado tarde.

Que haya proximidad entre el mal comportamiento y la reprimenda. Te toca esperar al momento oportuno.

Una bronca el viernes justo antes de plegar no tendrá tanto efecto como una bronca el lunes por la mañana al volver.

También vale la pena que tengas en cuenta el calendario emocional de la persona. Aunque esto solo lo sabrás si conoces muy bien a la persona que quieres abroncar.

8 – Contexto

No eches la bronca delante de todos.

Es superimportante cuidar el espacio y la discreción.

Saca a tu alumno de clase, sal del coworking, no lo hagas delante de los otros compañeros de la oficina. Si no lo puedes evitar, por lo menos que sepas quien se puede estar enterando.

Por favor, haz las reprimendas en privado y las alabanzas en público.

No hay tiempo para escribir más. Gracias por leer todo y llegar hasta aquí. Tienes mucho mérito. Ya sabes que me encantaría saber qué te parece este artículo. Me puedes escribir para comentármelo o simplemente echarme una bronca por no publicar la semana pasaba.

PD: Te dejo un enlace a las críticas y opiniones de mi academia aquí…

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